Faraón sigue endureciendo su corazón y el Señor sigue derramando ira y juicio sobre los egipcios, pero ahora con mayor rigor. Durante la quinta plaga el ganado del faraón fue destruido. La sexta plaga afectó directamente la salud de los egipcios. Y la séptima plaga terminó de destruir la tierra. Cada una de ellas demostraban ante los ojos de todos quién es Jehová, su omnipotencia y su señorío sobre toda la tierra. Así mismo apuntaban al juicio por venir sobre todos los que endurecen su corazón. Pero Dios proveyó una salida que prefiguraba al único camino para ser librado del juicio final de Dios: el Señor Jesucristo.