Jefté y los votos apresurados (Jueces 11)

Jefté fue un hombre despreciado que lideró a los hombres de Galaad para librarlos de los amonitas. Y cuando Jefté salió a la guerra, decidió antes ofrecer un muy extraño voto. Él prometió que si Dios le daba la victoria ofrecería en holocausto a quien saliera a recibirlo. Y cuando regresó victorioso de la batalla, la primera persona que salió a recibirlo fue su propia hija y, por lo tanto, la ofreció en holocausto para cumplir su palabra. De aquí aprendemos a tener cuidado con lo que prometemos. Por un lado, no hemos de hacer votos apresurados y, por otro lado, debemos ser hombres de integridad que guardan su palabra (a menos que lo que prometemos sea pecaminoso). La vida de Jefté nos muestra que Dios puede usar hombres imperfectos para lograr sus propósitos, y nos recuerda una vez más que el único libertador perfecto es el Señor Jesucristo.

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