El pueblo ofrenda para la obra de Dios (Éxodo 25)

A partir de este capítulo comenzamos con el tema de la construcción del tabernáculo, el lugar donde Dios moraría con su pueblo. Y uno de los temas que se toca es la ofrenda voluntaria del pueblo. Ciertamente el Señor no necesitaba a los hombres para construir el tabernáculo. Pero decidió utilizar a los artífices y la ofrenda de su pueblo redimido. La ofrenda que los israelitas dieron para la construcción del tabernáculo era una ofrenda para Dios, voluntaria y de corazón. Esto nos debe de recordar que todo lo que poseemos Dios nos lo ha dado, y que cuando el pueblo del Nuevo Pacto ofrenda en la iglesia, está ofrendando a Dios y lo debe hacer con generosidad, de un corazón alegre y por el evangelio de Cristo.

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