El pecado de Acán (Josué 7)

Después de la gran victoria de Israel sobre la ciudad de Jericó, vino una trágica derrota para el pueblo que salió huyendo de la batalla. ¿Por qué perdieron esa batalla? Porque la ira de Dios se encendió a causa del pecado de Israel. Esto nos recuerda que las victorias del pueblo de Dios dependen de la presencia y poder del Señor. Además, nos exhorta a ser diligentes en buscar la santidad en lo privado no permitiendo el pecado oculto en nuestras vidas, y a ser diligentes en buscar la santidad como iglesia. Cristo reina sobre su iglesia y por su Espíritu Santo saca lo oculto a la luz. Asimismo este capítulo nos dirige a Jesucristo, quien por su muerte por nuestros pecados apaciguó la ira de Dios y nos dio vida.

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