El fin no justifica los medios (1 Samuel 27)

Este breve capítulo nos dice que el corazón de David se llenó de incredulidad y decidió buscar refugio en la ciudad filistea de Aquis. A pesar de esta actitud de desconfianza tuvo grandes victorias sobre los enemigos del pueblo de Dios e incluso Saúl dejó de perseguirlo. Esto nos enseña una solemne verdad. No debemos justificar nuestras acciones pecaminosas porque en algún tiempo tuvieron consecuencias favorables. Siempre debemos guiar nuestra vida conforme a los mandamientos y principios de la Palabra de Dios. Por otro lado, este capítulo nos exhorta a ser siempre ser vigilantes en nuestra vida cristiana y a no descansar en victorias del pasado, sino en nuestro Dios. Cristo, a diferencia de David, fue un Rey que siempre se mantuvo fiel a su Padre en todo.

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