El becerro de oro y la intercesión de Moisés (Éxodo 32)

Después de haber experimentado muchas bendiciones de parte de Dios, el pueblo de Israel se rebeló y pecó al hacer un becerro de oro representando a Dios. Despreciaron al Dios que los había libertado y cuidado. A pesar de que fueron libertados del Egipto físico, muchos de ellos no fueron libertados del Egipto espiritual. Es por esta razón que Dios derramó su ira sobre el pueblo al juzgarlos. Pero no solo Dios se airó, también Moisés, porque el corazón de Moisés se estaba haciendo a la imagen de Dios por medio de la adoración y continua comunión con él. Sin embargo, la gracia de Dios se demostró al ser paciente y no destruir por completo al pueblo, gracias a la intercesión de Moisés, que apuntaba a un mejor Mediador que intercedería y daría su vida por su pueblo.

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