Dureza de corazón (Éxodo 10)

En este capítulo tenemos las plaga octava de langostas y la plaga nona de tinieblas. Las langostas terminaron de destruir la vegetación que había dejado el granizo. Pero a pesar de la terrible catástrofe en la que se hallaba su país, el faraón se endureció más en su corazón. ¡Que terrible el corazón de los hombres que pueda endurecerse a pesar de ver las maravillas del Señor y escuchar la predicación de su evangelio que trae olor de vida para vida en algunos y olor de muerte para muerte en otros! Ese mismo evangelio nos enseña que las tinieblas que experimentó el pueblo de Egipto, Cristo las sufrió al ser abandonado por el Padre y recibir el juicio que compró el perdón de nuestros pecados.

Compartir: