Dios es fiel a sus promesas (Josué 16)

En este capítulo encontramos la repartición de los territorios de los hijos de José, Manasés y Efraín. Aunque el mayor de ellos era Manasés, la repartición comenzó con Efraín, el menor. Esto se debe a que Jacob había bendecido a Efraín por sobre Manasés cientos de años atrás y ese orden se mantuvo. Esto tuvo que haber producido confianza en que no hay palabra o promesa del Señor que no se vaya a cumplir, ni la más pequeña jota o tilde. Así también, no hay palabra que Cristo haya dado a su santa y bendita iglesia que vaya a ser pasada por alto. En medio de las dificultades y días oscuros, podemos cobrar ánimo al saber que el Señor va con nosotros y todo se cumplirá.

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