Los hombres recibimos beneficios de Dios, Acab recibe los beneficios como la bondad y la paciencia se han extendido, El Señor le promete victoria y después se olvida de la victoria dada por Dios, después de su olvido suelta a los enemigos de Dios, al ser avisado de lo que pasaría el hombre se enoja, aquí tenemos una advertencia para tomar las victorias de Dios como nuestras. Nosotros somos responsables y, como ejemplo, no podemos tomar las bendiciones que recibimos en nuestros hijos como nuestros, los trabajos y vienes de nuestra vida, somos responsables ante un Dios que nos los ha dado. Todos los beneficios  recibidos somos llamados a ponerlos antes sus pies: bienestar, salud, recursos económicos, podemos tomar para nosotros ni para nuestros deleites, sino para presentarlos a nuestro Señor, pues tenemos un Dios muy grande.