Este capítulo describe a Abigail como una mujer bella no solo física, sino sobre todo, espiritualmente. David la llamó una mujer de «bendito razonamiento». Ella fue una mujer que usó su tenacidad y sabiduría para hacer la voluntad de Dios. Las cristianas, entonces, son llamadas a seguir el ejemplo de esta piadosa mujer. En segundo lugar, este capítulo nos narra que David, el rey ungido, demandó a Nabal su servicio y sumisión, pero este se negó insensatamente y se opuso a David. En esto tenemos una representación del reinado de Cristo, quien demanda absoluta sumisión a él. ¿Serás como Abigail, que se rindió a su Señor? ¿O serás como Nabal, que escuchando la advertencia del rey, permaneció en su necedad?