En este capítulo se mencionan especialmente 4 reyes que gobernaban el pueblo de Israel. Nos enfocaremos en el rey Asa, este reino que duró 41 años y durante su reinado se instauró el otro Rey. Nuestros pecados personales tienen consecuencias más allá de nuestras vidas. Como padres de familia, lo que hacemos o dejamos de hacer impacta la vida de aquellos que vienen detrás de nosotros, démonos cuenta de que lo que ellos hacen es un reflejo de lo que está en nuestro propio corazón, no podemos cerrar los ojos a esta realidad. De ahí la importancia de atender nuestros propios pecados. Como varones, nosotros somos los responsables; reflexionemos en nuestras actitudes. Abiam nos recuerda esta parte de nuestra vida, Asa se apartó de esta práctica pecaminosa y se nos dice que él hizo lo recto delante de Jehová. Asa por la gracia de Dios, buscó andar en piedad y en el temor de Jehová; no obstante, encontramos el relato de cómo aún este Rey no destruyó los lugares altos y cómo sobornó a otro rey para pelear contra el pueblo de Israel. Vemos la vida de Asa, cómo comenzó esta su vida y cómo posteriormente se apartó cada vez más de Dios y empezó a descansar más en el hombre, rey que cayó en insensates.