En este versículo el autor de Hebreos continúa demostrando por qué Cristo es superior a los ángeles. El Padre declaró a Cristo como el primogénito, lo cual significa que Cristo es el representante de Dios en la tierra, el Rey de reyes y Señor de señores con toda autoridad sobre la creación. Debido a que Cristo posee esta supremacía sobre todas las cosas, los ángeles son llamados a adorarle y a servirle. Así como los ángeles son llamados a ofrecer esta adoración y servicio a Cristo, todo cristiano debe vivir deseoso de honrar y servir a su Cristo, quien no solo ha sido declarado Señor, sino que además dio su sangre para rescatarnos.