Victoria sobre los enemigos (Salmo 9)

David comienza reflexionando en las obras y victorias que Dios le ha dado, lo cual produce en él un enorme deseo de agradecer y alabar a Dios. Esto además, llevó a David a seguir confiando en el Señor y a pedirle que continúe dándole mayores victorias para seguirlo alabando y exaltando. Las palabras de este Salmo tienen un cumplimiento particular en Cristo porque Él experimentó victoria tras victoria en su ministerio terrenal y alababa al Padre por todo ello. Además, el Señor Jesús descansaba y ponía su confianza en el Padre para perseverar hasta el final. Así que imitemos a Cristo y en medio de las angustias e incertidumbres esperemos en la voluntad del Padre y en que él dará la victoria a su pueblo. Por otro lado, aquellos que no están en Cristo y son sus enemigos deberían temer, porque el Señor Juez Justo no tomará por inocente al culpable y dará el justo castigo.

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