Dios es grande en misericordia (Deuteronomio 30)

Por un lado, este capítulo nos muestra que Dios es misericordioso. Él prometió a Israel que si se arrepentía lo regresaría a su tierra. Y esa misma misericordia es la que Dios ha mostrado a lo largo de los siglos al reconciliar consigo a los pecadores que se habían rebelado. El hombre que puede ver lo terrible que es su pecado puede tener la esperanza de que Dios lo va a recibir si va a él confiando en Cristo, porque Dios se deleita en tener misericordia. Además, este capítulo anticipa a Cristo como aquel hombre de corazón perfecto y que es obediente a los mandatos de Dios.

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