A partir de este capítulo el libro de Números trata con las cosas que debía hacer el pueblo de Israel al entrar a la tierra prometida. Dios ordenó a los israelitas que al llegar a Canaan debían destruir todo ídolo. ¿Por qué debían adoptar esta actitud tan radical? Porque podían contaminarse al adorar a falsos dioses y serían juzgados por Dios y echados de la tierra. Esto nos enseña la seriedad con la que los cristianos debemos tratar con el pecado. Debemos identificar nuestros pecados y destruirlos. Si lo ignoramos, por muy pequeño que sea, puede traer nuestra destrucción. Este capítulo también nos describe las jornadas de los hijos de Israel desde que salieron de Egipto. De aquí aprendemos a recordar con gratitud la protección y cuidado de Dios en nuestras vidas y a tener confianza en que el Señor seguirá ayudándonos hasta el final.