A pesar de Moisés había sido fiel durante los 40 años del peregrinar del pueblo de Israel en el desierto, al final de su caminar pecó gravemente contra Dios y como consecuencia no le fue permitido entrar a la tierra prometida. Esta es una fuerte exhortación tanto para los ministros como para todos los cristianos a perseverar en santidad y vigilancia. Además de esto, este capítulo nos presenta al Señor Jesucristo y el evangelio al menos en tres formas. Nos muestra que la salvación es un don gratuito dado por Dios, que Cristo es un mayor sacerdote que los antiguos por cuanto vive para siempre, y que Cristo fue entregado una sola vez por nuestros pecados.