El cristiano tiene una grande necesidad: permanecer en Cristo. Y en este pasaje encontramos cuatro razones que nos animan a buscarlo. Si permanecemos en Cristo, nuestro corazón será transformado de tal manera que pediremos todo lo que el Padre quiere responder. Si permanecemos en Cristo daremos mucho fruto y glorificaremos al Padre. Si permanecemos en Cristo experimentaremos su amor abundante en nuestros corazones. Si permanecemos en Cristo disfrutaremos plenitud de gozo en él. Así que, el llamado es claro: ¡Permanece en Cristo!