El Espíritu Santo capacita para el reino de Dios (Éxodo 31)

En este capítulo vemos la operación del Espíritu Santo para capacitar a Bezaleel y Aholiab para la construcción del tabernáculo, la morada del Señor. Pero no solo ellos recibieron el Espíritu Santo, sino que otros hombres y mujeres de entre el pueblo fueron llenos y capacitados por el Espíritu para participar en la expansión del Reino de Dios. En el Nuevo Pacto, nadie dentro del cuerpo del Señor sobra, todos tienen un lugar dentro del servicio a Cristo y tienen la responsabilidad de gozar de la obra del Espíritu Santo para capacitarlos para la expansión del Reino de Cristo. El mismo Espíritu que construyó el jardín del Edén y que guió la construcción del tabernáculo. fue el mismo que capacitó y fortaleció a Cristo a través de su vida y muerte para que los pecadores alejados de Dios pudieran morar con él eternamente.

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