El sacerdocio levítico y el sacerdocio de Cristo (Éxodo 29)

En este capítulo Dios está instruyendo a Moisés de cómo debe ordenar a Aarón su hermano, y a sus hijos para el ministerio sacerdotal. Los sacerdotes eran el medio por el cual el pueblo podía tener paz y comunión con Dios. Pero este sacerdocio era imperfecto porque estaba contaminado por el pecado y porque la muerte impedía la continuidad del ministerio de cada sacerdote. Cristo vino a como el sacerdote eterno y perfecto que intercede continuamente por su pueblo. Y no solo es el sacerdote, también es el sacrificio santo y sin mancha. Por ello Cristo constituye el único mediador entre Dios y los hombres.

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