Fuego extraño y el principio regulador

En su capítulo 22 titulado “De la adoración cristiana y del día de reposo”, la Confesión de Fe de 1689 establece que «el modo aceptable de adorar al verdadero Dios fue instituido por él mismo”. A Dios le importa la forma en que le adoramos y solamente tenemos dos alternativas: por medio de fuego extraño o como él nos manda. Dios no nos ha dejado que implementemos nuestros propios gustos e imaginaciones en el día de adoración. Y aunque ciertos elementos podrían no parecernos pecaminosos en sí mismos, tales como obras de teatro, testimonios, conciertos semanales, solistas, etc., las Escrituras no lo prescriben ni lo apoyan.

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